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Valldemossa representa una oferta singular en el contexto de Mallorca: a su ubicación privilegiada en la Serra de Tramuntana se suman todo un conjunto de factores –historia, cultura, naturaleza o gastronomía, entre otros– que convierten en este pueblo en uno de los más concurridos por los visitantes. Miradores, rutas, tiendas, museos… Las múltiples opciones que ofrece Valldemossa permiten satisfacer las inquietudes de un amplio abanico de gustos. Por ello, os ofrecemos una breve selección de los cinco planes que, por sencillos, interesantes y atractivos, nadie debería perderse.

1. La Comuna. Un plan inmejorable para todo el año: una excursión corta –inferior a las dos horas– y de dificultad baja que transcurre por un antiguo espacio comunal: en el recorrido, repleto de espectaculares paisajes naturales, hay paradas obligatorias como el Molí de la Beata y elementos etnográficos como antiguas casetas para el carbón y la conservación de la nieve.

2. Coca de patata. Harina, patata hervida, azúcar, manteca, huevos, aceite y agua tibia… Una receta sencilla que fue transmitida de generación en generación y que, con el tiempo, se ha convertido en uno de sus grandes reclamos gastronómicos. Numerosos locales del pueblo ofrecen este dulce genuino de Valldemossa: acompáñalo de chocolate caliente en invierno y granizado de almendra en verano.

3. Fundació Cultural Josep Coll Bardolet. Fue uno de los grandes proyectos culminados por el artista Josep Coll Bardolet; catalán de nacimiento, pero residente en Valldemossa desde 1944, este espacio musealizado atesora una exposición permanente de su obra pictórica: paisajes de Mallorca, naturalezas muertas y sus distintivas escenas de bailes populares, elementos icónicos que se han convertido en un auténtico icono para la isla.

4. La Cartoixa. El conjunto monumental de Valldemossa es el principal atractivo turístico del municipio. La historia del Palacio del Rey Sancho, los jardines, la iglesia o las antiguas celdas de los monjes cartujos constituyen un recorrido repleto de interés. Es por ello que, año tras año, continua siendo uno de los rincones de Valldemossa más admirados por los visitantes.

5. La Casa de Catalina Thomas. Detrás de la Iglesia de Sant Bartomeu se halla la casa natal de la beata Catalina Thomàs. Canonizada en 1930, su imagen ha sido venerada por el pueblo durante siglos y, en forma de pequeñas cerámicas, da la bienvenida a muchos de los hogares del pueblo. Tal es su influencia que Sor Tomaseta, como es conocida, se ha convertido en un personaje imprescindible en la cultura popular de la isla.

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