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La proximidad geográfica entre Cataluña y Mallorca, así como las incontables conexiones culturales entre sus sociedades, han hecho que muchos artistas destacados del circuito catalán hayan desarrollado un vínculo profesional y/o emocional con nuestra isla. Su presencia y su obra ha influido activamente a la renovación progresiva del lenguaje artístico de numerosos coetáneos insulares en un momento clave para el desarrollo y proyección de la pintura mallorquina contemporánea. Por ello, esta lista nos permite tomar conciencia la importancia que, a lo largo del último siglo, han tenido figuras tan destacadas como Miró, Rusiñol, Anglada Camarasa o Coll Bardolet.

1. Santiago Rusiñol (1861-1931). Huyendo de la sociedad industrial catalana, este ideólogo del modernismo encontró en Mallorca su paraíso personal. El paisaje de la Isla de la Calma, tal y como la bautizó, protagoniza una parte significativa de su obra: cuadros sin estridencias, luminosos, perfectamente equilibrados.

2. Joaquim Mir (1873-1940). Este reputado artista nacido en Barcelona, y que llevó su obra a capitales como París, Nueva York, Venecia o Washington, es considerado como una figura decisiva la escena pictórica mallorquina, hasta el punto que se le considera como el padre del impresionismo mallorquín.

3. Eliseu Meifrén (1859-1940). Una parte de la madurez artística de Meifrén sólo se podría entender a partir de su estancia en Mallorca, isla en la que residiría a lo largo de diferentes etapas. Aguas, nubes y montañas se unen en un mismo lienzo para dar forma a obras caracterizadas por fuerte capacidad expresiva.

4. Hermen Anglada Camarasa (1871-1959). Nacido en Barcelona, pasó dos décadas (1894-1914) en París hasta trasladar su residencia a Mallorca, en la que permanecería hasta su muerte. Este nuevo período personal le permitió ahondar nuevas temáticas para, así, dar forma a algunas de sus obras más icónicas.

5. Joan Miró Ferrà (1893-1983). Considerado como uno de los máximos representantes del surrealismo en el siglo XX, Miró destacó por su gran contribución a la pintura, la escultura y la cerámica. Residió en Palma desde 1956 hasta su muerte, ciudad en la que hoy se ubica la Fundació Pilar i Joan Miró.

6. Josep Coll Bardolet (1912-2007). El artista del Ripollès se instaló en 1940 en Valldemossa y, desde ese momento, su paisaje y sus costumbres protagonizan por completo buena parte de su obra pictórica, que puede admirarse tanto en el Santuario de Lluc como en la Fundació Cultural Coll Bardolet (Valldemossa).

7. Josep Ventosa Doménec (1897-1982). Este artista catalán se destaca como uno de los más prolíficos paisajistas del litoral mallorquín, como Andratx, Sóller o Pollença: la excepcional paleta de color de sus marinas y la profundidad de sus recreaciones de la Sierra de Tramuntana lo convierten en otro nombre destacado.

8. Rafael Duran Benet (1931-2015). Sobrino del pintor Rafael Benet, destacó por sus paisajes marinos y naturalezas muertas, todas ellas de un fuerte impacto cromático. Gaspar Sabater diría de él que “sus paisajes de Mallorca responden a un impresionismo de la más pura esencia plástica”.

9. Josep Sarquella Escobet (1928-2000). Nacido en Llagostera, Sarquella destacaría como uno de los grandes especialistas en marinas de la Costa Brava, pero también de otros lugares como el Puerto de Sóller. Su obra neoimpresionista destaca por su gran valor colorístico y conceptual.

10. Josep Meneses (1930). Residente en Mallorca desde hace décadas, ha destacado por su pincelada suelta y la expresividad de sus temáticas: calas, puertos, tierra y montañas. De sus cuadros se ha dicho que crean una comunicación anímica entre paisaje y emoción.

Foto: Fotograma de la película Anglada Camarasa. La llum de l’illa de Agustí Torres.

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