Entre las numerosas temáticas que trató Juli Ramis (1910 – 1990) en su pintura, la de paisaje ostenta un lugar especial. Los primeros que realiza representan la Costa Norte de Mallorca, tan bien conocida por el artista. Estos paisajes tempranos datan de los años 1923 al 1927.
El paisaje que nos ocupa es un poco posterior, llevado a cabo ya en la época en la que Ramis se encuentra viviendo en París. El pintor mallorquín ha podido conocer a Picasso y otros artistas integrantes de la Escuela de París como André Derain, Francisco Bores, Ismael de la Serna, Francisco Cossío o Marie Laurencin. Este era un grupo heterogéneo de artistas tanto franceses como extranjeros que coincidieron en la capital francesa en el periodo de entreguerras (1915-1940). Durante esta etapa francesa, además, Ramis asiste a clases en las academias Colarossi y la Grande Chaumière (una escuela de arte privada fundada en 1904 caracterizada por dar una enseñanza más libre y sin seguir las leyes estrictas de la Academia de Bellas Artes). Como es natural, todos estos estímulos nuevos debían verse reflejados en la producción posterior del artista. De hecho, este paisaje de 1932 revela ciertas influencias cubistas. En concreto se puede apreciar el esquematismo y simplificación de las formas de Paul Cézanne. Los colores que emplea son básicamente fríos, complementados con la calidez de la gama terrosa que los acompaña.
Esta bella obra, que transpira serenidad y calma, puede apreciarse en la colección de Arte Contemporáneo de la Cartuja de Valldemossa.
Aina Ferrero Horrach